Cada mañana de Jueves Santo amanece con el sol del camino al calvario y anochece con la primera luna de primavera, la que alumbra el camino que iniciaron 25 años atrás aquellos de los que hoy nos acordamos.
Esta noche, rompiendo la madrugada volvemos a salir, siguiendo unas huellas que llevan el mismo destino; y hoy, esta noche, nuestra noche, siete voces leerán las últimas palabras de aquel por el que seguimos caminando.
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